Hola: Este magnífico libro es el premio que vamos a entregar en el Club La Didáctica (Madrid) a los ganadores del concurso de crónicas de Liga que hacemos todos los años.

Se trata de que después de cada partido de la Liga de Ajedrez por equipos de Madrid, cada participante que lo desee puede enviar su crónica del encuentro, tratando de resaltar los aspectos no sólo meramente ajedrecísticos y a los autores de las mejores crónicas se les entregará un ejemplar de "Jaque perpetuo"

Pongo aquí un ejemplo de una de las pasadas crónicas ganadoras (de Daniel González):

LA SOMBRA MISTERIOSA.

Son las 9:00 de la mañana del 22 de Marzo de 2015.

Me despierto después de un largo y profundo sueño, incapaz de recordar nada de lo que ha sido mi vida hasta ese momento.

-¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?-

Desfila por mi mente un torbellino de imágenes borrosas a la vez que quiméricas y placenteras, como si de un náufrago rescatado de morir ahogado por una bella y dulce sirena se tratase. Poco a poco empiezo a recuperar la consciencia. Me pellizco para comprobar que no sigo soñando...

Y, sí, efectivamente, esto es real.

 

Todo sucedió en una fría y lluviosa mañana en la que, al poco de llegar a La Didáctica, me enteré de que los esperadísimos encuentros entre los dos terceras y los dos segundas (que siguen conservando ese aura y ese aroma de categoría superior) no iban a ser tales, sino un único match a cara de perro entre el C y el G, hermanados contra el D y el F. Primera sorpresa del día, tan agradable como inesperada. Comenzaba así una preciosa guerra total en 11 frentes distintos.

Ya desde los comienzos, la cosa se puso seria. Yo, pobre de mí, miraba embelesado a mi alrededor sin creerme todavía que semejante conflicto bélico estuviese teniendo lugar. Y cuando me quise dar cuenta de que esto no es un juego de niños, ya había perdido un peón en los movimientos iniciales de mi partida contra Tomás.

-Ufff... ¡¡¡Espabila!!!- pensé para mi mismo olvidándome por fin de lo que pasaba alrededor...

 

Los minutos pasaban y algunos frentes empezaban a clarificarse. En un primer grupo de partidas en finalizar, Aurelio lograba tablas después de una intensa batalla con Roberto de la que no pude ver gran cosa. Unas mesas más allá, Juan Bohigues y Emilio acordaban también tablas en un final de peones y alfiles de distinto color en el que la posición se había paralizado sin progreso posible por ninguna de las dos partes. Mientras tanto y a mi izquierda, Manuel Ferrero se imponía a Jose Luis Santacruz tras haber logrado entrar en la posición del rival tejiendo una red de mate complicada de defender. También se definía, en este carrusel de locura, este ir y venir incesante, la posición de mi derecha donde Ángel Navarro acordaba tablas con Jose Ángel Giner en un final de torre y peones bastante igual. Por último terminó también en este periodo la batalla entre Ángel Pérez y Pepe "El Filipino" con victoria para el primero en una partida que debió ser de juego bastante tranquilo y posicional según me dijo Pepe después. La igualdad era así la tónica dominante en esos primeros instantes de duelo frenético entre ambos ejércitos, con tres tablas y una victoria para cada combinado transcurridas las cinco primeras partidas.

 

Mientras, en mi partida las cosas habían mejorado. Había conseguido recuperar el peón sacando provecho de mi ventaja de desarrollo. Todas mis piezas jugaban y parecían estar bien sincronizadas comandadas por un alfil de casillas negras potentísimo en d6. Comencé a vislumbrar amenazas muy serias incluyendo alguna posible combinación de mate. Tomás se defendió con alguna jugada forzada pero logró aguantar bien el tipo. Cambiamos piezas y tras un par de movimientos, Tomás podía forzar las tablas con un jaque continuo. Yo podía evitarlo pero arriesgando en exceso ya que tenía la sensación de que si jugaba a ganar podía terminar perdiendo. Mi incredulidad fue máxima cuando Tomás me dijo que el no quería tablas e interrumpió la retahíla de jaques desplazando su dama en posición más defensiva. En ese momento aproveché para ganar un peón en jaque, evitar suyo continuo y cambiar damas a la jugada siguiente. Partida finiquitada. Afortunadamente para mí, Tomás optó por jugar a ganar, decisión valiente que condicionó el resultado final. Pero como esto va por rachas, a lo mejor el próximo día me toca perder a mí.

 

Al rato terminaría la contienda entre Mikel Menchero e Ignacio Sanbuesa con victoria de este último. A mediados de la partida Mikel, con negras, cedería un peón a cambio de cambiar su alfil malo liberando un poco más su posición. Jugadas después se llegaría a una posición peligrosa para el enroque blanco, un poco débil amenazado por las piezas de las negras: dama, torres dobladas y un caballo que amenazaba con sacrificarse y crear red de mate. Finalmente Mikel reculó y perdió otro peón llegando a un final claramente ganador para Ignacio, que no perdonó. Sin embargo, la partida pudo estar en la posición ya citada pues existía una variante en la cual Mikel perdía una torre pero ganaba calidad comiendo la dama rival con un descubierto según sus análisis posteriores.

 

Solo quedaban cuatro partidas. Las ultimas en terminar fueron las de Mustapha que derrotó a Federico aprovechando sus peones de mas en el ala de dama; y la de Ramón que hizo lo propio imponiéndose (con pieza de más si no recuerdo mal) a Cándido en una de las grandes campanadas de la mañana. Personalmente me alegro mucho por Ramón; es un fenómeno y llevaba tiempo mereciendo una victoria así después de una mala racha en liga.

 

Volviendo a la realidad de mi habitación, me paro a beber agua y a respirar profundamente. Tengo la sensación de estar olvidándome de algo, de lo más importante. Intento hacer memoria pero no logro recordarlo. Entonces enciendo mi móvil y leo una nota que pone: "No te rindas nunca. Piensa en la sombra."

-¡¡¡Eso es!!! ¡¡¡La sombra!!!

 

Debía ser alrededor de la una del mediodía. Inexplicablemente comencé a sentir una inquietante presencia. Era una intuición. No sé bien por qué pero algo en todo aquel ambiente no era normal. En aquel momento Juan Barrios se estaba enfrentando a Fernando Berrocal en el otro extremo de la sala en la mesa que siempre ocupan los mejores tableros. Se podía entrever un punto de decepción y resignación en su cara. No era para menos: estaba en una posición realmente difícil, casi desesperada en donde la rendición podría ser para muchos lo más sensato, evitando la tortura de seguir adelante y luchar. Tenía torre limpia de menos que habría perdido en algún truco táctico o algo similar. Además su rey estaba al borde de la muerte en medio de una red de mate entre la dama, la torre y el caballo de las blancas Sin embargo parecía que podía quedarle un hilillo casi imperceptible de esperanza en base a la actividad de su dama y a una buena diagonal controlada por su alfil de casillas blancas. En ese instante y durante unas milésimas de segundo me pareció ver una oscura sombra en la pared del fondo. Solo por un instante ya que enseguida se desvaneció como por arte de magia.

-Habrá sido producto de mi imaginación- pensé.

 

Al mismo tiempo, en otra de las esquinas de la sala estaba la partida de Manolo con Miguel Ángel Abad en la cual mi gran capitán estaba en una posición igualmente perdida, en un final con calidad de menos con un caballo para la torre de su rival, con muy poco tiempo y con un par de humildes peoncillos en el flanco de dama como único resquicio por el que asomar la cabecilla y ver la luz al final de un umbrío túnel. En todo caso, esos peones no parecían ningún problema para una torre que tenía todo bajo control. Estaban todavía retrasados y el camino hacia la coronación era largo e improbable. De nuevo al acercarme noté como antes una extraña presencia alrededor solo que esta vez me pareció reconocer en ella algún elemento que me resultaba familiar. Tras unos segundos alcé por inercia mi mirada hacia el techo y allí estaba la sombra agazapada como esperando la oportunidad de abalanzarse sobre alguno de los jugadores. Volvió a desvanecerse enseguida pero esta vez no había duda: la había visto con mis propios ojos. No era mi imaginación.

 

Al volver sobre la primera partida comprobé que de manera increíble, Juan Barrios estaba en una posición en la que amenazaba jaque perpetuo. Tras el consiguiente jaque con su dama, Fernando con rostro serio, viendo lo que se le venía encima, espero unos pocos segundos (olvidándose eso si de que tenía 40 minutos todavía en el reloj) antes de mover su rey a h2 para taparse del perpetuo. Entonces, como un relámpago, y casi sin darme cuenta, vi como la dama de Juan se ubicaba en h1 apoyada por su alfil.

-Jaque mate...-

La sombra volvió a hacer acto de presencia esta vez más alargada que nunca. Era el contorno de un ser humano y en su mano parecía llevar algún objeto que no llegué a apreciar con claridad. Tras un leve centelleo se diluyó por tercera vez.

Regresé sobre la partida de Manolo y casi me da un espasmo. ¡¡M había coronado!! Me llevé las manos a la cabeza intentando contener el ataque esquizofrénico que amenazaba con destruir mi mente y volverme loco de atar y de psiquiátrico. La partida continuó unos movimientos más aunque todo estaba perdido para las negras. Nada cambió y tras unos pocos minutos, Manolo se levantó triunfal después de la legendaria batalla. La sombra apareció por última vez en el día y antes de marcharse en medio de un resplandor y chirrido metálico pude escuchar levemente unas palabras que más que palabras eran lamentaciones provenientes del inframundo. -¿¿¿pero que ha pasaaaaao???- decía la voz

Yo por mi parte pensé:

-"No hay que rendirse nunca. Hasta los más grandes jugadores pueden fallar con todo a favor"-

 

De nuevo en el presente y aún con escalofríos recorriendo mi espalda, me dirijo soñoliento al baño a lavarme la cara y terminar de asimilar lo ocurrido horas atrás cuando al mirarme al espejo se cruzó ante mí la sombra alargada que había visto el día anterior. Ya no portaba en sus manos el cuchillo jamonero y por ello me sentí aliviado.

-Gracias por la lección que me ha enseñado señor Tiburcio.- le dije.

Entonces la sombra sonrío, me guiño un ojo y se marchó.

Ya volverá.

Esto es ajedrez.

De: Pedro García <pedro_garcia_toledo@yahoo.es>
Date: lun, 21 nov 2022 a las 19:20

Estimados amigos:

La presentación del poemario "Jaque perpetuo", de Marco Martos Carrera, fue todo un éxito. Ayer 20.11.2022, en la Feria del Libro "Ricardo Palma", desarrollado en Miraflores, Lima, se presentó el poeta y contó al público cómo se vinculó al ajedrez: Todo empezó en la casa paterna, en Piura; luego, siguió su desarrolló en Lima  Refirió su participación en el ajedrez nacional; asimismo, en los duelos Perú-Chile de los años 60. Finalmente, explicó porqué tomó cierta distancia del ajedrez, para abrazar el mundo de las letras. Fue ovacionado por la concurrencia.

Al finalizar la actividad cultural, el editor de esta segunda edición 2022, Juan Carlos Gambirazio Vásquez, invitó a todos a pasar a su stand "Gambirazio Editores". Allí Marco Martos firmó dedicatorias en los ejemplares que los admiradores adquirieron.

En resumen, fue una magnífica tarde cultural de ajedrez y poesía.

Les envío el Power Point de la presentación que hice del libro, antes de que el gran vate tomara la palabra. Allí resumo que científicos, novelistas, cineastas y poetas, han tomado al ajedrez como metáfora, como pretexto, para ensalzar el amor o la vida. En cambio, Marco Martos ha hecho algo único: ha rendido tributo al ajedrez mismo y a los ajedrecistas.

Pedro García Toledo

Maestro Nacional de ajedrez      

 

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