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13 abr 2016

Volcanchess Capablanca

Interesante artículo sobre Capablanca en lamula.pe:

Memorias de José Raúl Capablanca, el genio ajedrecístico de latinoamérica

CAPABLANCA CON 23 AÑOS EN PARTIDAS SIMULTÁNEAS EN LONDRES [FUENTE: CLEVELAND PUBLIC COLECTIONS]
Sin duda alguna, Capablanca es el mayor representante del ajedrez de Latinoamérica de los últimos 200 años. Ostentó el título mundial de 1921 a 1927 en 4 torneos mundiales : Londres (1922), Nueva York (1924 y 1927) y Moscú (1925). De casi 600 partidas en toda su carrera sólo perdió 35 y de las 74 partidas en lo más alto de su carrera - en los torneos mencionados- sólo perdió tres.
1) Capablanca fue apodado "el Mozart del ajedrez" debido a su precoz genio que se manifestó antes de los 5 años de su edad, tal como lo cuenta él mismo : 
Yo todavía no había cumplido los cinco años cuando entré un día en el despacho de mi padre y le vi jugando con un hombre. Nunca antes había visto una partida de ajedrez y las piezas llamaron mi atención. Al día siguiente volví a observar jugar a mi padre. El tercer día, mi padre, que era un principiante en el ajedrez, movió su caballo de una casilla blanca a otra del mismo color. Su adversario, no mejor jugador que él, no se dio cuenta de ello. Mi padre ganó la partida y yo le dije que había engañado a su rival. Por poco me echa de la habitación, pero yo le indiqué que era lo que había hecho. Me preguntó qué sabía sobre el ajedrez y le dije que podía ganarle. Me respondió: "Eso es imposible porque tú no sabes ni colocar las piezas." Jugamos una partida y gané. Ese fue mi comienzo. 
2) Actitud capablanquina:
 Hubo períodos en mi vida en los que pensaba que no podía perder ni una partida. Más tarde sufría una derrota, y eso hacía  que despertase de mis sueños y volviese a la tierra.
3) El genio de Capablanca:
-Puedo adivinar en un momento lo que se oculta detrás de las posiciones y que es lo que puede ocurrir o lo que va a ocurrir. Otros maestros tienen que hacer análisis para obtener algunos resultados, mientras a mí me bastan unos instantes [1916, después de ganar 51 partidas simultáneas]
-Tenía cuatro años cuando se disputó el histórico match entre Steinitz y Tchigorin, que me llamó mucho la atención. Otro acontecimiento fue la visita de Pillsbury a La Habana. Por entonces yo tenía once años y era un mal jugador. Ya se pueden imaginar cómo me impresionó ver que Pillsbury era capaz de jugar a ciegas dieciséis partidas simultáneas. Eso fue lo que encendió mi interés por el ajedrez. Después de obtener el permiso de mis padres, empecé a frecuentar el club de ajedrez. No transcurrieron ni tres meses desde que había alcanzado la primera categoría, cuando gané el match contra el campeón de Cuba. Tenía entonces doce años. El ganador iba a ser el primero que consiguiese reunir cuatro victorias. Yo empecé con dos derrotas. Como por mi poca edad tenía muchos seguidores, éstos estaban decepcionados con mi catastrófico comienzo. Con la única excepción de mi amigo Fiol, todos los demás creyeron que iba a perder el match. Yo carecía de la técnica que tenía mi adversario, pero la situación cambió y pude reunir cuatro victorias antes de que mi oponente consiguiese ganar la última partida que le faltaba. 
4) Dos anécdotas en su adolescencia temprana:
- Me llevaron una vez al club de ajedrez de una ciudad de provincias. En una esquina del club vi jugar a dos señores. Me senté y empecé a observarles. Ya de niño me había acostumbrado a estar sentado tranquilamente y observar cómo otros jugaban. Cuando terminaron la partida, uno de ellos se marchó y el otro, al no ver a nadie con quien pudiera jugar, me preguntó si yo sabía jugar. Como yo había estado tan callado, pensó que podía no saber. Le contesté que sí y él me ofreció la ventaja de un caballo. Dijo que le interesaba ver cómo jugaba yo y afirmó que él era el mejor ajedrecista de la ciudad. Yo siempre aceptaba cuando me ofrecían ventajas. Después de perder dos partidas, me propuso que jugásemos sin ventaja. Cuando volvió a perder, dijo que no estaba de buen ánimo para jugar. Después de una nueva derrota dijo que estaba enfermo. Yo sugerí darle ventaja de un caballo. Lo aceptó para demostrarme que yo tenía una opinión demasiado buena de mí mismo. Esa fue una gran partida, pero él abandonó al final. Se puso el gorro en la cabeza y apenas musitó un adiós. Pero volvió en seguida y me preguntó cómo me llamaba. Recuperó su orgullo inmediatamente y se puso a presumir que me había dejado caballo de ventaja ... 
- En el verano de 1904 viajé a Estados Unidos para estudiar el inglés y para prepararme para el ingreso en la Universidad de Columbia. Una tarde de 1906, o de 1907, estuve observando unas partidas simultáneas, jugadas a ciegas. Había allí en una esquina de la sala un hombre de mediana edad que estaba comentando una partida. Sus propuestas me parecían absurdas y faltó poco para que interviniese para corregirle, pero seguí mi antigua costumbre y permanecí callado. Nunca en mi vida estuve tan contento por haber estado fiel a ese principio, porque al cabo de poco tiempo me presentaron a ese hombre. Era Emmanuel Lasker, campeón del mundo en aquel momento. 
[Uno de los pocos videos de Capablanca, llega en el segundo 26]

5) Antes del match contra Alekhine, ajedrecista de renombre mundial, con quien perdería el título mundial en 1927:
Sería interesante hacer una comparación entre lo que ha pasado anteriormente y lo que ocurre en la actualidad. En mi primera competición internacional en San Sebastián, en 1911, nadie apostaba por mí como pretendiente al primer premio, pero yo era ambicioso y, con la ayuda de la diosa Fortuna, alcancé la gloria. Ahora disfruto de una confianza ganada después de muchos años de éxitos continuos, pero casi no me queda ambición. Tampoco la veleidosa Fortuna es tan generosa conmigo como antes. En el pasado, yo desconocía básicamente las cualidades de mis adversarios, pero tenía una gran capacidad de lucha. Ahora conozco a mis rivales, pero -¡ay!- mi habilidad para combatir ya no es la de antes. Antaño era nervioso y me ponía de mal humor. Actualmente tengo sangre fría, soy capaz de concentrarme, y no me puede conmocionar ni un terremoto. Tengo más experiencia y menos fuerza. ¿Es posible recuperar la energía de antes? ¿Qué va a pasar? Lo veremos pronto. El escenario está preparado, y ya se está levantando el telón ante lo que se va a convertir en una de las competiciones más trascendentales de la historia del ajedrez.
6) Después del Match...:
Noto que estoy en plena fuerza y miro el futuro con serenidad. El éxito de Alekhine fue merecido. El de Bogoljubov también. ¿Y por qué no podría alcanzar yo el éxito? El pasado fue mío; yo había aceptado el desafío de Alekhine. El presente está en mi contra, pero no voy a retroceder ni un paso



FUENTE: D. Bjelica (1993). José Raúl Capablanca. Zugarto,1993. Madrid.

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