El ajedrez es un deporte innato en el Perú, donde muchos aprendemos por curiosidad o porque sencillamente de manera inconsciente nos gusta, no debe haber otra explicación, para que el ajedrez sobresalga en medio de una mar de dificultades, con el mínimo apoyo a comparación de los países de primer mundo, donde destinan ingentes cantidades para el desarrollo de tan noble juego.
Ahora, entre los diez primeros del mundo, el equipo olímpico peruano de ajedrez, es digno de admiración y respeto. Emilio Córdova, Jorge Cori, Cristhian Cruz, Deivy Vera, Fernando Fernández y el capitán del equipo el maestro Jorge Soto, grabaron nuestra bandera en Bakú, delante de potencias mundiales, como China, Azerbaiyán, Cuba y 150 países más.
Fuimos la sensación de la olimpiada mundial, todos comentan el logro del Perú, pero en nuestro país pasamos casi desapercibidos, es momento que el ajedrez prevalezca.
No vamos a pedir más presupuesto, porque seguramente nos dirán que no se puede, no vamos a soñar con un coliseo porque nos dirán que es imposible, no vamos a pensar en un entrenador de alto nivel porque no somos populares, no vamos a solicitar que nos den más tiempo en televisión o espacios en los periódicos y sobre todo, no vamos a pedir que por una sola vez en la historia, nuestro deporte sea una prioridad para la educación. Lo que si vamos a pedir, y hasta exigir, que no nos olviden, que siempre tengan presente que hubo un grupo de muchachos no solo supo ganar en el tablero, si no que supo demostrar que en Perù podemos ser mejores, la fe està en nosotros, en nuestro esfuerzo, en nuestras ganas y en nuestra propia sangre, no necesitamos màs.