El próximo 11 de agosto, en forma paralela con el desarrollo de la 41ª Olimpíada de Ajedrez en Tromso (Noruega) se celebrará el 85° Congreso de la FIDE; la cita a la que serán invitados los 180 delegados (representantes de cada nación afiliada) de la Federación Internacional de Ajedrez, que participarán del acto eleccionario en el que Kasparov e Ilyumzhinov competirán por el sillón presidencial de la entidad rectora del ajedrez mundial para el período (2014-2018).

Acaso, para muchos se trate de una decisión compleja; navegar entre la continuación de un desgastado y mañoso proceso de 20 años (Ilyumzhinov), o alinearse al carisma del nuevo candidato (Kasparov), todo un estratega frente al tablero pero del que se desconoce su capacidad de manejo administrativo y político en una gestión. Será como transitar entre las aguas divisorias de lo malo conocido o lo bueno por conocer: Kasparov o Ilyumzhinov; ésa es la cuestión.

El cuadro de operaciones se compone de 180 votos, producto de las diferentes representaciones (federaciones nacionales) afiliadas a la FIDE en todo el orbe. El padrón electoral está dividido en cuatro grupos o continentes. Este es el detalle: América: 34 votos; África: 41; Europa: 54 y Asia-Oceanía: 51. Total: 180.

Ilyumzhinov en 2006 junto a Kok y Campomanes

En las últimas dos elecciones realizadas en Turín 2006 y Khanty Mansiysk 2010, en las que Kirsan Ilyumzhinov se impuso ante Bessel  Kok y Anatoly Karpov, por 97 a 56 y 95 a 55 -con 3 abstenciones-, respectivamente, concurrieron 153 delegados de los casi 170 autorizados; sin embargo en Tromso muchos especulan que la participación será mayor. A poco más de 100 días existen signos claros de una paridad de fuerzas y que la diferencia ésta vez será más estrecha.

La actual marca del termómetro electoral.

En América el tema es claro, bajo la conducción de Jorge Vega Fernández (el mejor soldado de Ilyumzhinov, como lo definió Karpov), las federaciones están alineadas en un bloque con leves fisuras. El apoyo a Kirsan es mayoritario, aproximadamente 29 a 5.

El delfin Jorge Vega; aliado incondicional de Ilyumzhinov

Inversamente, se mueve África; allí el apoyo a Kasparov es muy importante. Sin dudas el trabajo de la Fundación Kasparov en Johannesburgo  -una de las cinco que existen en el mundo, las otras se ubican en Nueva York, Bruselas, Singapur y México-, dio sus frutos y varias naciones coquetean con el ex N°1 y le aseguraron que le darán el apoyo. Tal vez para contrarrestar esta ofensiva, la FIDE dio una clara señal al anunciar, el pasado martes, que Sudáfrica podría ser la sede de la Olimpíada de 2018. ¿A cambio de qué favor la FIDE le daría esa posibilidad a una nación de un Continente que le vota de manera adversa?.

Si los votos de África no le alcanzan a Kasparov para igualar o superar la diferencia que Ilyumzhinov le saca en América (+24), entonces su ventaja en Europa le permitiría llegar con el marcador prácticamente igualado.

La suma de los 3 Continentes (América, África y Europa) son 129 votos y las especulaciones arrojan diferentes marcadores, desde 66 a 63 favorable a Kasparov hasta 70 a 59 para Ilyumzhinov. Por lo tanto, la trama son los 51 votos de Asia-Oceanía, y allí parecen estar la clave de la elección. ¿Será el ex secretario de la FIDE, Ignatius Leong que se pasó al bando de Kasparov el que le dé la victoria al campeón mundial para interrumpir los más de 20 años de reinado del calmuco?. ¿La promesa de una montaña de dólares que Kasparov firmó como base de un acuerdo del crecimiento de su fundación en Singapur será suficiente para seducir a los dirigentes orientales?.

El acuerdo Leong-Kasparov puede ser clave de la victoria en las elecciones de la FIDE

¿O la visita que por estas horas que está realizando Ilyumzhinov en ese Continente, y regando con dólares cada alianza le asegurarán la fidelidad del voto?. Lo señalado no es algo que no se pueda sustentar. El día de elección presidencial de la FIDE, en Khanty Mansiysk, en 2010, el delegado bosnio ingresó a los gritos a sala de prensa porque no le permitían emitir el sufragio; alguien había tomado su puesto. Sin disimulos ni cuidados dijo con estrépito: “Esto no puede ser; yo soy el que tengo que darle el voto a Ilyumzhinov, por esto me han pagado 25 mil dólares y yo, soy un  hombre de palabra”. Pongamos un manto de piedad al recuerdo…

Es por todo esto, que tanto uno como otro, Kasparov o Ilyumzhinov juegan sin escrúpulos y bajo el fuego cruzado de las acusaciones. Los actos de corrupción de la FIDE salpican desde hace tiempo en todos los frentes -su presidente es acusado de ser el socio mayoritario de la empresa comercial (AGON) a la que la FIDE le adjudicó el manejo de marketing de las principales competencias- y de los canon que percibe por cada adjudicación de competencia internacional.

Además sus dichos son cuestión de burla y vergüenza, ya que Ilyumzhinov aseguró a la prensa que tras ser abducido por extraterrestres participó de un viaje espacial e instaló la teoría que el milenario juego no nació en la India como dicen los historiadores sino que sus creadores fueron personas de otro planeta. Tampoco la prensa olvida sus encuentros con los asesinos del poder: Muamar el Gadafi (Libia), El Assad (Siria) y Saddam Husseim (Irak).

Con Saddam

con Gadafi

“Yo no compro votos; firmo contratos. Mi compromiso no es de palabra es por escrito ofreciéndoles mi apoyo con el respaldo de un contrato a cada federación para el crecimiento del ajedrez”, me dijo Kasparov la noche del lanzamiento de su fundación para Iberoamérica.

Antes, en una cena junto al grupo de periodistas invitados, Mig Greengard, secretario del ex campeón mundial, contó:

“Kaspárov en su campaña electoral no introduce dinero en los bolsillos de nadie a cambio del voto, ni tampoco va regalando dólares a las federaciones que lo apoyan. Lo que propone es que le presenten proyectos de ajedrez serios ya  costos razonables, adaptados a las realidades de cada nación. Por eso su prioridad es la introducción del ajedrez en los colegios, no como otro deporte, natación, fútbol o gimnasia, sino como asignatura, pero conoce que en algunos sitios hay otros tipos de urgencias. Por esto, Kasparov financiará esos proyectos con contratos firmados, respaldados por sus auspiciantes. Y, contrariamente a Karpov -cuando fue candidato en 2010-, que supeditó el cumplimiento de sus promesas a la victoria en las elecciones, Kasparov garantiza el cumplimiento de sus compromisos aunque pierda en Tromso”.

Por su parte Ilyumzhinov, en plena campaña y tal vez preocupado por el avance de su adversario (Kasparov) está realizando anuncios pocos creíbles o con claras muestras electoralistas. “Hemos acordado con (ponga Ud. aquí el nombre del país o ministro que desee) para que el ajedrez sea en este país, materia obligatoria en los colegios”. U, otras como, “hemos firmado un convenio con la federación (repita Ud. el enunciado anterior) para que las jóvenes promesas del ajedrez de este país, viajen a Rusia becados para tomar clases de entrenamiento”.

Lamentablemente las grandes figuras del ajedrez, los de ayer y los de hoy parecen estar al margen de todo esto; a ellos no se los tienen en cuenta y pareciera que tampoco tienen interés en involucrarse. ¿Qué importante sería que Magnus Carlsen fuera más parcial y como campeón mundial emitiera su opinión?. O, que el mundo del ajedrez recibiera señales claras de Carlsen, Anand y todos los que alguna vez fueron dueños del reino de Rey de Reyes.

Mientras tanto no hay alternativas; nos queda sólo una jugada, aguardar la cita en agosto y los resultados de un escrutinio que arrojará un ¿nuevo? presidente:  Kasparov o Ilyumzhinov, ésa es la cuestión.