Saludos Humberto:
 
Disculpa que cuestione lo que narras pero no es necesario ser detractor o no para saber que la prioridad básica de todo niño es tener una educación mínima cual es la escolar. Es más es un derecho de los niños y obligación de los padres proporcionarles esta educación por sobre cualquier deseo de práctica de cualquier deporte. La legislación de algunos países incluso le quita la tutela a los padres que no cumplen con lo mencionado.
 
Veo el ajedrez en el caso de los chicos talentos que desean llegar lejos como una posible profesión, si hago ese ejercicio por ejemplo no podría decir que los que quieren ser buenos médicos no deben estudiar y deberían estarse ejercitándose exclusivamente en temas médicos. O que el que desea ser literato debería olvidarse de las matemáticas básicas para ser bueno en literatura....
 
Es más en países de tradición ajedrecística como la ex Unión Soviética los profesionales del ajedrez eran destacados profesionales o con grados incluso de especialización muy avanzada en otros campos además del ajedrez.
 
Sería muy fácil hacer que un chico se la pase todo el día con el tema del ajedrez (y allí si se puede discutir incluso si sólo hacer ajedrez es bueno para ser buen ajedrecista, lo cual por lo que he estudiado no lo creo, el sólo ejercicio de un músculo trae atrofia incluso de ese músculo), el compromiso esta en darle además otras posibilidades y que las horas de entrenamiento sean lo suficientemente buenas como para sacar campeones sin quebrantar derechos básicos de los niños.
 
Como equilibrar esa educación es un constante esfuerzo de padres y educadores, de lo contrario se estaría cayendo en buscar la productividad infantil (tal como es el trabajo infantil) y eso es un tema que es prioridad de lucha de todos los paises que buscan el desarrollo.
 
Amamos el ajedrez pero como siempre lo digo podemos en ciertos momentos de pasión creer que es lo único importante, total tenemos el mismo derecho que asiste a los apasionados del futbol, pero un alto y una reflexión nos debe permitir ver que es sólo un elemento ínfimo en el mar de posibilidades y aprendizajes humanos.
 
Con afecto
 
Ulises Cuellar