Es verdad, El Ajedrez peruano a traviesa una etapa de cambios entre negativos y positivos, sin embargo un análisis más contextual ayudaría a definir los problemas de fondo, problemas que muchas veces son mencionados, a veces argumentados, a veces gritados al cielo cual explosión de teclados aguanta todo lo que podamos escribir, en sí, renegando, con razones muchas veces, de impotencia, yendo a grandilocuencias, exasperando el tono, discutiendo y a veces faltándonos el respeto inclusive (y eso es increíble) con los amigos cuya amistad apareció en un tablero de ajedrez… a final, es el deporte que tanto apreciamos que nos motiva a escribir.

Podríamos seguir rebuscando todo lo que ha sucedido antes de la apertura de los foros virtuales y cuanto aprendimos a conocernos por ese medio una vez creado. (Mi persona escasamente escribe en el foro, no obstante participa de sus lecturas, diría yo, no muy amena si se trata de discusiones personales y gratificantes si hablamos de torneos).

Es verdad, que un problema tiene que ser abordado como se dice: “dándole la cara” y es pues, que la debilidad por enfrentarlo es creciente, los intentos han sido ineficaces, basta creer nomás, que hasta el presente la institución rectora del Ajedrez carece de sustento legal como existencia en la sociedad. Por lo que el problema podría estar dividido entre lo que significa para nosotros la institución que tiene la obligación de llevar adelante el Ajedrez y como actuamos nosotros dentro y fuera de la institución, dicho sea de paso, estamos casi la mayoría fuera de la institución. Como ya sabemos el Estado ha intentado corregir sus retrasos en lo que se refiere al deporte de manera muy lenta a tal punto que países vecinos tienen una participación en las competencias mundiales y olímpicas en mayor número y calidad de competidores. Significa entonces que las políticas están mal diseñadas, es un problema de Estado, es el IPD ineficaz o son las personas que dirigen dichas instituciones ineficientes. Por otro lado, los deportistas entienden por qué el Estado actúa de diferentes formas, por qué sus gentes que lo integran avivan solamente su situación laboral, conocen cual es el presupuesto para el deporte nacional. Quizás en ambos lados en el que uno participe desconozca algo objetivo y necesario, sin embargo, para el caso del ajedrez, de un tiempo a esta parte ha sido ubicuo la posibilidad de ver cuál es el promedio en el contexto social económico en el que se ubica el ajedrecista, no existe indicadores al respecto, en qué medida participa el sector privado y los gobiernos locales en el ajedrez, cuales son los niveles de gestión que realiza quién tiene la dirección de la institución del ajedrez, presupuesto institucional, existencia de un plan operativo anual, niveles de educación de los ajedrecistas, incapacidad para desarrollar eventos internacionales. Se podrían agregar más problemas no abordados no obstante, en un afán de construir argumentos para posibles estudios a elaborar, sería necesario tomar conciencia de la necesidad de una radiografía en la que el Ajedrez Peruano se encuentra.

En los últimos años se ha contemplado la gestión del actual presidente desde diferentes ángulos, se tiene estigmatizada su gestión como pésima, su capacidad de concertación y enfoque en un solo objetivo: El Ajedrez, como ineficaz, cuesta decirlo muy a pesar de tener en registros públicos más ligas inscritas que anteriores gestiones pero no a la misma Federación. En la participación de los ajedrecistas en eventos nacionales e internacionales, en todos los casos con un gasto mayor al que el Estado entrega, un paréntesis a esta situación podría analizarse desde el punto de vista de los involucrados: Débil gestión del presidente sujeto a condiciones de legalidad incierta que no hacen hincapié para poder pedir lo que es por derecho, comunicaciones desentendidas y sofocadas de razones individuales entre deportista y presidente, incapacidad de llevar adelante un plan estratégico institucional, enfoques desde el IPD hacía los deportistas mal canalizados por el Presidente, para el caso de los deportistas: Mayor opinión de padres de familia ajustadas a los intereses de los hijos deportistas, desilusión por el funcionamiento del aparato estatal deportivo, lucha incansable por buscar ayuda sobre todo económica para participación en evento nacionales e internacionales, sentimiento de ajedrecistas muchas veces encontradas por opinión de terceros, desunión de motivos grupales por llevar adelante la legalidad de sus ligas, clubes y Federación, burlas y enemistad creciente, niveles de educación regulares de nuestros mejores representantes (en muchos casos son contados los ajedrecistas que conocen otro idioma escrito y hablado con fluidez, ajedrecistas pertenecientes a familias no nucleadas, valores débilmente cultivados, escasa responsabilidad hacía las obligaciones y hacía los compañeros, etc.) y si es que no se puede escribir: Corrupción, sería pues, un mejoramiento en el sistema, sin embargo, no es el caso. Fuera del paréntesis, es de notar que la implementació n de cursos para instructores, arbitrajes entre otros, carece de los lineamientos básicos, basta decir, que la calificación de árbitro es por curso cuando se conoce que los mecanismos de titulación son por objetivos dependientes de logros alcanzados por experiencia y creo yo, debería primar esa evaluación.

Los deportistas destacados que compiten individualmente en el ámbito internacional deberían escribir algunas líneas, escucharlos sería gratificante. Estoy seguro que muchos de los que reciben información a través de los diferentes foros desconocen cómo se desenvuelven los deportistas en el extranjero, muchos desconocen el promedio de gasto de un ajedrecista en competencia, creo que ya está lejano el día en que las competencias se reducían a torneo en el ámbito nacional sin desmerecer a aquellos maestros que tuvieron esa sola oportunidad, hoy en día el promedio de partidas con ajedrecistas extranjeros es superior en la mayoría de ajedrecistas en actividad a lo que fue en la década pasada. No estaría en la capacidad de opinar su rendimiento sin los factores del entorno del tablero que condicionan la capacidad creativa del ajedrecista, cuesta creer todavía que el progreso de valores y virtudes en nuestro Gran Maestro Emilio Cordoba haya sido fundido en malestares cultivados a sus posibilidades y dejando a su responsabilidad y esfuerzo propio todo lo que necesita un individuo para ser hombre de ejemplos, una necesidad del ejemplo que muchos ajedrecistas jóvenes quisieran ver pero que se va perdiendo. Que queda decir de maestros que buscando otras oportunidades deciden tentar posibilidades en el viejo mundo, no será quizás que dentro del análisis socio cultural y económico del promedio tipo del ajedrecista peruano existe una necesidad de supervivencia antes del esfuerzo por representar a su País, pues, queda muchas interrogantes y a veces no podemos analizar bien la partida porque la apertura está plagada de gambitos que hacen que el medio juego sea complejo e incierto, que decir pues, del final…

Una reflexión más allá de los escaques.

Willkanina Agosto/2009