Como parte del homenaje en su honor se celebró este miércoles una sesión de partidas simultáneas a ciegas, en el contexto del torneo de ajedrez "Tras las huellas del Che".

El Gran Maestro (GM) Omar Almeida condujo la partida simultánea frente a alumnos talentosos del Instituto Superior Latinoamericano de Ajedrez (ISLA).

También se efectuó un encuentro con estudiosos de la figura de Capablanca, quienes abundaron en pasajes sobresalientes de su vida.

Acerca del destacado trebejista, el diario oficial "Granma" indicó que fue una "personalidad única que atesoró los más grandes honores de su época".

"Nada de Capablanca le es ajeno al cubano. Muchos años después de su prematura muerte, ocurrida el 8 de marzo de 1942, en Nueva York, continúa siendo una figura emblemática del deporte en la isla", añadió el rotativo.

Capablanca nació el 19 de noviembre de 1888 en La Habana y a los cinco años de edad ganaba todas sus partidas en el Club de Ajedrez de la capital cubana, punto obligado de cita para todo amante del ajedrez en aquella época.

En 1901, a los 13 años, se presentó en el campeonato cubano de la disciplina y dio muestras de ser un verdadero "fuera de serie" pues no hubo rival que impidiera su presencia en el juego final, en el que el ajedrecista Juan Corzo se vio obligado a inclinar su rey.

Con maestría y genialidad conquistó el título panamericano tras apabullar al estadounidense Frank J. Marshall, y luego, en 1921, alcanzó una de sus principales metas: la corona del orbe, convirtiéndose en el tercer campeón mundial de la historia del ajedrez.

Su víctima resultó Emmanuel Lasker, filósofo y matemático alemán, quien no pudo impedir que Capablanca lograra la hazaña en la misma ciudad que lo vio nacer y que motivó al germano a escribir un libro testimonio.

Pactada a 24 partidas, la crucial batalla concluyó tras el retiro de Lasker después de 14 enfrentamientos, en los que había acumulado cuatro derrotas y 10 empates.

A partir de ahí, Capablanca logró una cadena de triunfos que se mantuvo impoluta hasta 1927.

Su juego, señalan los expertos, se basaba en el desarrollo rápido de las piezas a puntos estratégicos utilizables para el ataque o la defensa, tranquilidad en la defensa y decisión en la ofensiva.

Además, prestaba atención no exagerada a la posibilidad de obtener cualquier ventaja material, no buscaba complicaciones sino en casos extremos, pero tampoco las rehusaba, y siempre estaba dispuesto a competir en cualquier clase de juego.

Buenos Aires fue una ciudad fatídica para el Gran Maestro. Allí sostuvo, en 1927, el único juego que perdió de los seis de carácter mundial que desarrolló en toda su vida y en los que sumó 23 victorias, 38 tablas y solo cuatro derrotas.

Su pesadilla en la capital argentina fue el ruso-francés Alexander Alekhine, quien se vio precisado a jugar 34 partidas para poderle arrebatar la corona a Capablanca por seis triunfos a tres, con 25 empates.

"Vencido pero no derrotado" partió el genio cubano, que no obstante siguió haciendo sentir su presencia en eventos internacionales, como la medalla de oro que ganó defendiendo el primer tablero de la mayor de las Antillas en la Olimpíada Mundial de la propia ciudad bonaerense en 1939.

Durante 10 años, el mejor ajedrecista cubano de todos los tiempos intentó sacarse la espina y concertar la revancha para recuperar la corona, pero el encuentro jamás se materializó.

Murió a los 53 años de edad, en Manhattan, Nueva York, debido a un derrame cerebral producto de una crónica hipertensión arterial.

En su historial cuentan 318 partidas a su favor, 249 tablas y 34 reveses, resumidos en los 36 torneos en los que participó, con 21 coronas, 10 subtítulos, dos veces tercer lugar, otras dos en cuarto y la restante en séptimo.

También implantó varios récords, como el de mantenerse invicto en partidas oficiales desde 1916 hasta 1924.

En honor a Capablanca, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) estableció el 19 de noviembre como Día Mundial del Ajedrecista.

Algunos campeones del orbe aseguran haberse iniciado en la disciplina siguiendo los pasos de José Raúl Capablanca, el único cubano que ha obtenido el título de campeón mundial de ajedrez.

http://spanish.china.org.cn/international/txt/2008-11/20/content_16799162.htm

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